Vistas de página en total

Mostrando entradas con la etiqueta tejidos blandos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta tejidos blandos. Mostrar todas las entradas

viernes, 5 de mayo de 2023

Un ammonite nos muestra sus tejidos blandos en tres dimensiones.

      Por sus características biológicas, los ammonites mantienen su cuerpo blando recubierto por una concha exterior, motivo por el cual, los conocimientos que tenemos de la anatomía de su cuerpo se basan en los fósiles de sus conchas, formadas por aragonito. Excepcionalmente se ha encontrado algún resto del tejido blando, pero bastante aplastado. Ahora, por primera vez, tenemos una muestra de los músculos de un ammonite en tres dimensiones. 

     Se trata de un Sigaloceras inodatum, que vivió hace unos 165 millones de años, en el Calloviense  (Jurásico Medio), y procedente de Fairford, Gloucestershire, U.K. Fue descubierto por un recolector de fósiles llamado Neville Hollingworth, en el año 1998. Desde su descubrimiento ya se conocía la presencia  de tejido blando fosilizado en su interior, en más cantidad de lo que hasta la fecha se había podido encontrar en otros ejemplares, lo que convertía a este fósil en una pieza única.


Sigaloceras inodatum


     Se utilizaron varios métodos de reconocimiento, pero siempre sobre su concha externa, pues no se atrevían a partir el ejemplar para estudiar su interior, por el deterioro que esto provocaría en la pieza. 

     Inicialmente se tomaron fotos del exterior del ejemplar, que al ser parcialmente translúcido, permitía ver parte del contenido interno, pero sin apenas detalle. Posteriormente se llevó a cabo una tomografía computarizada, estudiando su interior a través de rayos x, pero dicho escaneo no proporcionó la suficiente información, debido al alto contenido de carbonato cálcico en el fósil.

     Recientemente, con una tecnología más avanzada, un grupo de investigadores dirigido por  Lesley Cherns, de la Universidad de Cardiff, han realizado un nuevo análisis por medio de exploración de neutrones. Este método les ha permitido obtener información suficiente para poder reproducir digitalmente sus músculos y órganos vitales, pudiendo llevar a cabo una reconstrucción tridimensional a través del ordenador.


La concha retroiluminada nos permite ver parte de la masa muscular fosilizada en su interior.

     Entre la información más relevante obtenida de este estudio, podemos destacar que los ammonites se desplazaban utilizando su hiponomo, que es un órgano muscular en forma de embudo, que expulsando el agua, les permitía empujarse hacia atrás. Esto que ya se sospechaba por la comparación con los tejidos blandos de los actuales Nautilus, queda de este modo confirmado y demostrado. Además se ha podido constatar también la presencia de unos músculos dorsales, que les permitía retraerse hacia el interior de la concha (cámara de habitación) para protegerse de peligros externos. 

     Probablemente el ammonite sufrió un rápido enterramiento, y la criatura retrajo su cuerpo blando hacia el interior de la concha, quedando sellada por su mandíbula. Seguramente la concha se llenó de sedimentos antes de que su cuerpo blando comenzara a descomponerse. La falta de oxígeno provocó una descomposición lenta e incompleta, permitiendo la fosilización del mismo en las condiciones que nos ha llegado hasta nuestros días.

     El fósil de este ejemplar se encuentra depositado en el National Museum de Cardiff, en Gales, donde se exponen interesantes colecciones de arte y ciencias. 


Museo Nacional de Cardiff